viernes, 21 de diciembre de 2012

No sabes

¿Sabes lo que es vivir todos los días esperando a que algo o alguien te mate?
¿Sabes lo es querer morirse pero admitir que la cobardía no te deja suicidarte?
¿Sabes lo que es analizar que no tienes derecho a precipitar tu muerte y que solo el destino puede decidir?
¿Sabes lo que es esperar morir y no poder hacerlo?
¿Sabes lo que es despedirte cada día o cada noche y tener que volver a saludarte?
¿Sabes lo que es sentir que hace tiempo estás muerto pero que te toca soportar más dilemas y dolores antes de irte?
¿Sabes lo que es caminar como un zombie ante la gente y aparentar vida?
¿Sabes lo que se siente cuando ante la gente te vez demasiado feliz y tu tristeza profunda se ahoga en las miradas inocuas del mundo?
¿Sabes lo que es buscar ayuda en tu último suspiro y notar que en ese instante se evaporan los amigos?
¿Sabes lo que es querer correr y tenerte que aguantar los cuatro muros que encierran el momento de tu castigo?
¿Sabes lo que es pedir auxilio y que te tilden de depresiva y te ignoren?
¿Sabes lo que es querer ahogarte en tu sangre?
¿Sabes lo que es morir en vida?… No creo…


Hablando con fantasmas

No entiendo por qué me tienes que hacer esto, no entiendo por qué tengo que sentir esto. Es injusto amar a un ser que nisiquiera te determina, a un ser que solo ve en ti a un objeto de utilidad básica (favores).

Qué despreciable puede llegar a ser el agradecimiento elemental.

Qué doloroso y vacío es ver pasar por tu lado a la persona que amas sabiendo que la atracción que siente hacia ti es nula y que tu servidumbre humillada se configura como el crudo despertar en escombros inservibles.

Amé al equivocado, amo al equivocado y amaré al equivocado, siempre amor de maneras equivocadas. Siempre soledad, siempre dolor, siempre nada.

Muérete y despierta, duérmete y resucita, suicídate y púdrete, ámate y aplástate.

Amor, desprecio, náuseas y porquería, sacrificio en vano, destrucción del mundo y de tu último ápice de cordura y dignidad.

Morir o vivir, fusión de la nada, extracto del infierno indescriptible y del cielo intangible. Minutos, segundos, confusiones temporales y un tanto espaciales. Carbón, petróleo, oro, cenizas, silencio, dolor, gritos, desesperaciones, indescripciones, por qués perdidos, para qués fallidos, ansias apagadas, inexistencias deseadas.

Perdón por ti, súplicas por mí. Ayer, hoy, mañana, traumas inhibidos. Yo, qué sé, tú, quién sabe, ellos, vosotros, el mundo, mi nudo. Paradigmas adogmáticos, cristales disueltos u opacados, ritos justificados o ulcerados.

Crudeza, realidad, inmundicia; lágrimas, sangre, otra franquicia.

Muéreme, sálvame o entiérrame; júzgame, aplástame o requiébrame.

Ahogarse, agua o fuego. Mátame de un rayo o una caricia. Bendice o maldice a la ficticia. No soy nada, ni tú ni nadie. Vacío, inoperancia, evidencia perdida. Muerte, muerte, muerte, espera… Espera, escribo, mucho verbo… Descansa, espera… Espera, espera, esperanza, espera dolor, espera, tristeza, espera, espera, espera… Nadie espera, solo tú esperas, tú, nadie espera nada… Espero nadie… Calma, espera… Espera, llora, sí llora, espera… Duerme, calma, espera… espera, vacío espera, espera, espera, espera…