Entro perdiendo, ¿lo asumo ganando?
Vivo los latidos del corazón de las rosas blancas
ensangrentadas.
Escucho los sonidos del silencio ardiente ahogados en mi
amada soledad odiada.
Navego entre los bosques ignoradamente recorridos por las
manos gastadas de caminar.
Ambigüedad de conceptos en los mundos construidos de manera
deforme y vividos en lenguajes abstractos.
Quiero un universo para mí, busco un espejismo para sonreír
cantando las lágrimas de mi locura.
Entro perdiendo, lo asumo perdiendo.
Condenada a mi propio y eterno exilio, en mi relatividad intuida
tras una lágrima enrojecida, suspiro, y luego, otra vez, expiro.