Me duele tenerte tan cerca y ni siquiera
poderme aproximar, porque tú no me lo permites, porque quizá por ahora sea lo
mejor, porque respeto tus decisiones, y porque ante tus ojos no soy nada
deseable... No conoces mi verdad, tampoco puedo revelártela por ahora; pero el
tiempo pasará y algún día estaré lo suficientemente lejos para poderme acercar,
algún día... Cuando acabe con él, con tu hermano.
Cada detalle de tu existir es importante
para mí, cada migaja que me has arrojado la he recibido con humildad, cada
sonrisa, cada mirada... Se me han convertido en alimento para resistir tanto
dolor, para revitalizarme y confiar en el tiempo y en la reivindicación de mi
existencia frente a tí, para tí. Te amo, y odio no poder decírtelo porque no lo
entenderías, porque quizá yo aún tampoco lo entiendo... Sólo lo siento.
Eres hermoso, más que él por dentro, más
que él por fuera. Ahora tienes a alguien en tu vida y temo que se te vuelva muy
importante... Y yo? Dejarás de mirarme, dejarás de sonreírme, dejarás de
quererme lo poco que me quieres?! Quisiera salir corriendo y contarte la
verdad, contarte porque soporto su compañía, contarte lo que realmente pienso
de la vida, igual todo es muy loco y probablemente ni siquiera me creerías, y
aún si me creyeras me tomarías por loca, y aunque esto sea bastante cierto,
todas mis actitudes tienen un motivo válido, un odio de raíz.
Extraño tu amistad, tu compañía, no sé
en que momento todo se desvaneció, supongo que yo lo destruí, te juro que nunca
lo quise, te juro que siempre te quise. Si tan solo supiera cuál fue la causa
determinante, si tan solo supiera, qué hice, qué te hice, o... Qué me hice. Me
rogaste por mi vida, suplicaste que no me hundiera, me prometiste estar en la
orilla si decidía nadar y salvarme... Yo me tire al fondo, al principio por
estúpida, ahora tengo razones, pero igual sigo allí... Donde me dijiste que no estuviera,
y ahora no sólo estoy por mis razones, también estoy para mantenerte cerca...
Tan cerca de mí como puedo... No como quiero.