Pero me pregunto... por qué no puedo conservar
un poco de la memoria que he vivido para mi próxima vida? Eso no suena justo,
eso suena cada vez más ilógico e inoportuno…
Mi vida, mi amor, dónde te hallas? Dónde estás?
Dónde habitas ese pequeño segundo en el que tanto te amo, en el que tanto te
pienso, en el que tanto te anhelo? Dónde mi vida te ha dejado abandonado para
perderte en medio de este infierno? Dónde mi existencia se aleja extrañándote
tanto?
Jamás te encontraré mi pequeño y deseado cielo…
mi detestado y rechazado infierno…
Te extraño vida de mi vida… mi amor… mi
inalcanzable y relativo tesoro…
Sin ti no soy más que los huesos y músculos que
manipulan mi existencia… No soy más que una veleta endeble y perecedera, una
patética y dolorosa mortalidad rodeada de errores y de dolor… Sin ti no tengo
vida ni tranquilidad, no tengo felicidad, no tengo sosiego, ni paz ni calma, no
tengo felicidad, no tengo reposo, ni paz ni amor, sin ti me perdí, sin ti me
hundí, conseguí el infierno sin querer tenerlo.
Mi lindo y eterno amor, cuanto te extraño!
Cuanto te amo! Mi todo, dónde habitas? Te llevaste mi alma y mi existencia… Te
llevaste mi vida. Mi pequeño todo, dónde estás? Por qué me dejaste sola?
Siempre voy a amarte… Siempre… Siempre…
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