domingo, 31 de mayo de 2015

Salvador de la nada

La búsqueda, la huida para buscar la libertad, el dolor entrañablemente inconmensurable y completamente despreciable…

Más que lágrimas, odio profundo y trascendentalmente intangible… fuego, lamentos y maldiciones constantes, indelebles, inimaginables y candentes.

Lucha generalmente perdida y técnicamente invadida por prospectos aparentemente bendecidos. Rabia, indignación, deseos de muerte y de destrucción.

Soledad, evidente humillación y renombramiento de la incapacidad… ¿Futuro? Presente en destrucción y en colectiva degradación.

¿Escuchas? ¿Acaso quien podrías ser? Mi yo, mi tú, ¿el repensable espíritu protector? ¿El diablo, el ángel, el incoherente salvador de la nada? ¿Tu conciencia o tu inconciencia? El final del cuento y la perpetuación de la inexplicable penosidad.

Basura… cataclismos encíclicos, desgarramientos transórdidos, alucidades genéricas… capacidades alúcidas.
¿Qué pretendes en el devastador asfalto de la nada y del anhelado todo? ¿Subyugas algo aparte de tu despreciable invasionismo inocuo y jusgablemente incoherente?

Palabras, gritos continuos, ganas de estallar, de evaporarte entre las sombras, incomprensiones incomprensivas, trastornos repetitivos y anonadativos…

¿Luces? No hay luces desde el negro corazón, no hay perdón sin esperanzas y con falsas oportunidades, no hay un sol brillante pero hay un sol quemante…

Sátiras y pelloraciones, terminaciones y poco divertidas vacaciones… inducidas alucinaciones… finales, principios sin historias aclarantes. Deseos con disfraces de caprichos, terminales, soledades, incomprensibles discontinuidades…

Escritura… sensual salida frente a las repetidas descomprensionalidades.

Fuga… capacidad de la incapacidad marcante, estampante, redundante y calcitrante.

Eterno resplandor


El vacío, la duda de lo que hice y de lo que haré… el eterno resplandor de una mente con recuerdos… los de hace años, los de hace meses, los de hace días. El dolor de la traición, una vez y una vez más… el cansancio, la indolencia, la exasperación, la inapetencia. Preguntas por el futuro, exhumaciones del pasado, caos, fatídica confianza desmoronada por la paupérrima tras-lástima, errores… exageraciones… entregas y perdiciones… ¿Decepción de mi o de los pasajeros profundos? Decepción de los actuares y los andares… Congratulación y anulación de los callejones absurdos, increíblemente negros, análogamente cálidos, confusos, discrepantes… desganados e irrechazables… deseos inexplorables y raramente analizables… Mi presente… los vestigios del pasado, los malpensares del futuro… el antes, el ahora y el después, sin hora, ni fecha ni calendario, sin predicciones, sin anticipaciones… total oscuridad y perversa anti-presencia… Dolores… placeres… cantares… un millón de sin lugares… yo… el mundo… lo que merezco y lo que padezco… ¿salida? Entrada a otro universo incierto para mi dicha… o mi desdicha, siempre eterna, siempre abierta.

Sangre en la nieve

Infierno… cielo disfrazado de caramelo… agresividades subyacentes que solo me sumergen en mi pasado, presente y futuro fatal, engaños que se creyeron reales, dolores que se volvieron imanes…

¿Sangre? ¿Acaso no bastaba con mi sangre?... ¿Tendré que ver siempre sangre en todos lados? Estoy harta de ver la maldita sangre… Desearía salir corriendo una vez más… chocarme con el viento, ahogarme con la lluvia, hundirme entre la tierra, quemarme entre las llamas.

No sé qué decir ni qué pensar, no sé qué sentir ni dónde ubicarme… no sé en dónde perderme… tampoco cómo encontrarme…

Duele tanto que ya no estoy segura si realmente duele… mis límites se han ido desvaneciendo con el frío de la nieve…

Hallo un poco de mí desplegado por el piso, un poco de todo, un tanto de basura y un montón de falencias… asco… perdición… escape y opresión… hastío…

Fin… o simplemente… ganas de un fin…