domingo, 26 de abril de 2020

Notas pasadas


Te dejo ir, te suelto, te libero. Me libero. Nunca fuiste lo que quise, nunca fuiste nada más allá que una compañía mediática y un apego. No eres genial, nunca lo fuiste; sin sentimientos, sin empatía. No fuiste nada más que un alguien sin ser mi algo. Te exigí más de lo que eras, nunca entendí. Eso que yo quería no eras, no fuiste. Me equivoqué y me intenté atar aún así a ti, a cualquier costo. Me apegué “con toda” sin razón coherente, como por necesidad, como por hambre, un hambre nunca satisfecha. ¿Te perdono?, nunca fuiste para mí, nunca. Fue un buen sueño en un principio, muy corto, pero nunca fue real. Dos almas en búsqueda de algo errado. Que se escuchen mis súplicas y se rompa el pacto, quiero vivir. Sólo quiero que mi columna esté bien, sólo eso. Ya no quiero sufrir más.


Me equivoqué, me equivoqué con toda, me equivoqué del todo. ¿Cómo perdonarme a mí misma semejante error? ¿Cómo no recriminarme? ¿Cómo continuar sin preguntarme: “¿Qué diablos ví dónde no había nada para ver? ¿Qué me pasó?” Aposté todo a la nada, me destrocé, me deshice por lo que sólo fue espuma. ¿Cómo no pude vislumbrarlo? ¿Cómo pude permanecer  ahí? Y… ¿Cómo pude extrañarlo?



jueves, 2 de abril de 2020

Antes del final


Hace tiempo no tenía la oportunidad de escribir sobre el tema, las cosas han ido muy mal con él, al principio fueron mis locuras y mis agresiones de borracha, luego su paciencia se agotó y empezó a responder de las peores maneras. Él no es una persona de palabras, es una persona de acciones, y ya que nunca ha podido decirme mayor cosa, su comportamiento ha superado algunos límites. Para mí no hay mayores traumas, esos ya los tengo todos, pero sí hay una profunda y constante decepción, una pregunta por la falta de amor y por la frialdad permanente, la “mala gana”, y el vacío que eso me produce. Siento que por él las sensaciones son voraces, todo, lo bueno de sus abrazos, sus chistes y el acento que yo le pongo a tener sexo con él, de otro lado, lo malo de su antipatía, de su lejanía y de los golpes físicos que ya ha alcanzado a propiciarme.

Yo paralelamente, he dejado de ser la mujer desarreglada que duerme, come y espera a su “marido” en la misma pijama que la dejó, eso ya no me interesa, y no sé si por él o por mí, he querido volver a verme hermosa, a oler delicioso, a estar sexy, además he querido volver a sentirme interesante, productiva, inteligente, volver a poner en práctica todos mis conocimientos y mis pasiones. Creo que de alguna manera ya salí del ciclo interminable que alguna vez vislumbré.

Hoy espero empezar a escribir nuevamente, empezar a crear esos mundos de fantasía que tanto me enamoran y que permiten que todos mis dolores y mis anhelos salgan a flote de la manera más “sana” posible. Quiero ser nuevamente la artista de mi vida y de mis otras vidas, eso me pone de muy buen humor, eso me alienta y me genera seguridad. Ahora siento que el día no me alcanzará para todo lo que tengo que hacer, porque obviamente no abandono de ninguna manera el hecho de ver este lugar donde habitamos, organizado, limpio y con comida fresca y rica; no he dejado de preocuparme por él, de velar porque todo le salga bien y que su salud y su contexto estén medianamente estables, para mí es un compromiso ético con el que también me siento genial, aunque muchas veces no sea valorado, lo hago principalmente por mí, porque esa es mi manera de amar, o de querer o de apreciar, mi manera de tener una relación de cariño con un otro, yo voy hasta el final “con toda”, escurriré mi alma en cada gota de lágrimas, sangre y sudor, y el día que las esperanzas mueran y la hoja del libro cambie, me iré con la frente en alto y sin nada que reprocharme, me iré tranquila, sin culpas y con muchas expectativas. Esa soy yo.

De él puedo decir que es un buen chico, que aún es jóven y que muchas veces lo entiendo, tal vez por eso conservo un poco de cordura y amor en mi corazón. Puedo decir que es inteligente, pero que le falta conciencia de sí mismo y conciencia de prójimo, aunque él dice que eso no le importa, que nada le importa, sé que con los años empezará a importarle, siempre es igual, siempre somos los mismos tontos que al final crecemos un poco, y luego empezamos a buscar un tanto la sabiduría, a veces tarde, a veces temprano, de eso también depende el futuro y la “felicidad”.

Hace unos días me ha tomado fuerte la depresión, me ha costado dormir cuando debo hacerlo y levantarme cuando también debería hacerlo, me ha costado interesarme en comer, en bañarme o en hacer algo productivo, he tenido pesadillas y dificultades para moverme e intentar despertar, he sentido que la vida pesa demasiado, he sentido que el maldito ciclo del desamor se repite una y otra vez, que no hay final y que tampoco hay esperanza, pero qué? Afortunadamente mi “locura” me permite balancearme entre los extremos, volver a creer en todo, seguir luchando, interesarme en la vida y la diversión, interesarme en la destrucción y en la reconstrucción, regocijarme en la maldad y el dolor mientras me nutro con la dulzura y la pasión.

Puedo decir que todo va girando, que yo también lo voy a haciendo, que mis tristezas y mis alegrías no son las mismas cada día, que de alguna manera hay una evolución, que nada permanece estático, que las cosas cambian. “Tiempo al tiempo”, algo que me cuesta dar, pero que igual la vida me va a quitar, toca, a las buenas o malas, aunque la paciencia no sea una virtud que yo posea. Y como no hay nada a mi alrededor que me asegure el tiempo, este tiempo será solo mío, de mí para mí, con mi amor a flor de piel al igual que mi más puro odio, con el deseo de la concreción al igual que la tendencia a la dispersión, yo tan loca como posiblemente lo esté él desde que me conoció. Yo tan loca, yo tan cuerda, yo tan sabia, yo tan tonta… Y así cada paso será mi creación, por el poder que me confiero yo, el futuro será otra vez mi bendición y mi perdición.