Extrañeza,
suspensión, alejamiento… Flotar en ocasiones se hace necesario, no se piensa,
no se siente, se intenta aterrizar y no se logra… Aliviana la vida, aunque la
complica. Demasiadas ideas en la cabeza que no permiten que descienda ninguna. “Eso
está listo”, “Eso ahí va”, “Eso no me importa”. Quizá lo que más me vuela es
él, la duda y la seguridad al mismo tiempo, la huida, el rechazo a quedarme. El apego a la nada, al vacío, no contar, no creer, no importarme,
aferrarme para no perderme… Por eso si me suelto floto. Entonces me estoy definitivamente
soltando, quiero y no quiero. No quiero flotar, él me sostenía en tierra, con
ira, con rabia, con dolor, con decepción, con venganza, pero con algo real… No
mencioné amor.
martes, 31 de octubre de 2023
Flotar y nada más
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