Solo hay angustia,
dolor, y la pregunta eterna “¿ahora qué voy a hacer?”…
Sola para siempre,
sola para siempre, sola para siempre…
No sé si existen
seguridades o sólo desequilibrios, no sé exactamente dónde pararme, no sé si
tengo que tirarme.
En este instante… justo
en este instante se me deshace el mundo en medio de mil preguntas e
incertidumbres, en medio de la preocupación y la represión… no tengo un rumbo
exacto para tomar… no tengo a la mano nada…
Fisuras.
Resquebrajamientos, ausencias, inercias, soledades oscuras, pretendiendo
disfrazarse de presencias… Tengo miedo y tengo vacíos, no tengo una certeza,
tengo el olvido… Lágrimas congeladas en suspiros coordinados… Carencias, tendencias
a lo inactivo… Perdones, adhesivos permisivos…
La noche… la
madrugada, las demandas, el sigilo, ¿qué hago con mi vida tan falta de orden y
respiro? Me diluyo… lento… rápido… lento… Me escucho… me ignoro… existo…
desisto.
La noche… la
madrugada, solo desierto y olvido; dolor, dudas, ausencias y decadencias…
¿Qué soy? ¿Con quién
estoy? ¿Hay alguien? Solo el amor…
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