Quiero
paz, aún el aire fresco de la noche se desliza lentamente por mi piel, aún la
ternura apasionada del amor puro, alguna vez tan profundo para ser capaz de
explotar el alma, y otra vez tan absurdo para ser incapaz de enmendar las
lágrimas, permanece dulcemente en mi corazón, que sigue tratando de estar rojito
y sonreír… Pero qué difícil es luchar contra el dolor de cada día, que extraño…
Mi corazón me pide que
lo deje morir y oscurecerse, para no llorar, para no sufrir… Porque quiero paz…
Te escucho corazón…
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