Quiero pensar
tranquilamente que existe de verdad un final, estoy harta de las comas, de los
puntos y de los párrafos progresivos; estoy harta de los mocos, de los litros y
de los dolores transgresivos.
Quisiera pensar
que veo el final del sendero. Estoy harta de las esperanzas, de las
posibilidades inadvertidas, del heroísmo, del altruismo.
Quisiera pensar
que puedo cesar, que puedo parar, que puedo descansar… estoy harta de ser tan
esbelta, de creerme perfecta, de existir bajo la luz abierta.
Quisiera creer
y sentir la real oscuridad, la trascendentalidad, el andar y el desandar, el
eterno caminar.
Veo demasiadas
luces, me hundo en demasiado huecos, no sé quién soy ni a dónde voy, mientras
irradio destellos para otras almas con infinitos anhelos.
Pido auxilio,
pido perdón, sólo una tregua…
Eterna calma y
resplandor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario