sábado, 27 de junio de 2015

Agujero negro

Me siento aún un poco aturdida mentalemente, absorta y confundida con la realidad.

Tengo muchos pensamientos en la cabeza, cascadas de imágenes y de recuerdos, tropezones, saltos al vacío y vuelos programados. Me duele la vida pero el cielo me sonríe, ahora tengo una ilusión con visos de elefantes rosados y de escaleras flotantes.

Tengo un sueño cumplido y una apuesta por el futuro, también tengo una duda, un sinsentido y una incredulidad.
Se me mezclan los cómos y los por qués, se me confunden los colores y siento escalofríos en la espalda… un poco de náuseas. No me queda claro nada, pero sigo caminando entre las sombras. No he parado y no quiero hacerlo, prefiero caerme, prefiero perderme.

Muchos signos de interrogación, pausa y mente en blanco, movimiento o quietud, decisión insolente pero trascendente. Me rodea el frío y lo dejo entrar, rechazo el sol y apago la luz, me enamoro de mi interior…
Y si… Y si esto... y si lo otro… y si nada… Entonces nada, ni importa, y si importa, no siempre importará… “no siempre lloverá”.

Este lugar es muy frío y solitario, parece hecho a mi medida, en días como este solo quiero estar aquí, pensar, escribir, darme el tiempo para existir, ignorar lo que no quiero percibir. Mi  burbuja a veces me asfixia, pero yo la creé, la llené de amor y odio y no la quiero desaparecer. Adicta total su oxígeno, a su contaminación, adicta a mi mundo en lo mejor y en lo peor. ¿Y si se trata sólo de una maldición?

Que corra la sangre y llegue al mar por las alcantarillas; que mute a las ratas para que puedan matarse entre ellas, o comerse unas a otras, o simplemente envenenarse para seguirme mordiendo… alimentando a mi monstruo.

Que me cree o me recree el universo… siempre seré mi propio agujero negro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario