lunes, 28 de mayo de 2012

Eternamente difícil


Encontrarlo siempre va a ser difícil, es como si el pasado y el peso de tanto dolor se me vinieran encima en un segundo.

Lo veo más desubicado que nunca, se nota definitivamente desquiciado, pareciera que el muchacho noble, humano, lleno de maravillosas expectativas y retos hubiese desaparecido por completo, está mal… Yo no estoy demasiado bien, pero él está en el limbo.

Dijo que todavía está con Nancy, ella que tiene un hijo, ella que creí que se convertiría en una más de los reemplazos que me consiguió… pero no, está con ella, nada bien, por supuesto, pero se soportan… Dijo que le dañó a no sé quién, no sé qué, dijo que no recordaba si a ese alguien también le había pegado, dijo que tenía la idea de que me había pegado alguna vez pero que no recordaba nada con exactitud… que no recordaba nada con exactitud??? Estuvo varias veces a punto de matarme… nada con exactitud???

Está tan… tan perdido… mental y físicamente… está bastante incoherente; sin embargo cuando le dije que él era e iba a ser por y para siempre el amor de mi vida, al menos me dijo algo cuerdo: Que si él era el amor de mi vida, yo tenía que ser el amor de la suya, y que no estaba muy seguro de eso. Esas palabras me ayudan a pensar un poco en que quizás sea yo la que estoy equivocada, tal vez él no es, tal vez he estado apegada a una figura que idealicé pero que no es más que un número en mi lista de relaciones, tal vez Fernando no es nadie, nadie importante para mi vida y mucho menos para mi futuro, tal vez lo único bueno que aprendí de todo ese infierno es que mi vida y mis ideales están por encima de cualquiera, y que jamás nadie me volverá a poner violentamente un dedo encima… no sé, no sé qué siento por él, no sé qué ocurre dentro de mí cuando lo veo, cuando me le acerco, cuando le hablo, ya no estoy segura de nada… Será que en serio aún no he conocido al amor de mi vida, será que no alcanzaré a conocerlo en esta vida?

Pero él dijo algo… dijo clara y convencidamente que su vida cambió después de mí, que yo lo marqué, lo marqué por dentro, y claro… también me mostró su cicatriz, esa que tiene en su brazo de cuenta de mi bisturí… disfrutó ver la mía, esa que se ve fácilmente y la que le debo a mi propia navaja en manos suyas, esa que me hizo mientras me decía que si me quería matar lo hiciera en serio, y a la cual le agregó un vaso de whisky mientras sangraba.

Esos dolores que viví y con los cuales aún cargo, representan en mi existencia una especie de envenamiento permanente. Hubiese podido quedarme con él, aceptar la realidad y morir a su lado, muy seguramente por sus propias manos, hubiese estado con él para siempre… Pero elegí seguir viva, elegí encontrar un camino con otra persona… Sólo que en ese tiempo jamás pensé que esa otra persona jamás llegaría, que todos los caminos me llevarían de nuevo a él y que mi corazón nunca podría tener otro dueño… y ahora qué hago???... Hoy sólo puedo darme cuenta de que la elección era simple: dejar que el hombre que amaba y que me amaba de la manera más extraña, me matara, o quedarme sola para siempre… Pues hace años elegí… ahora solo me quedan los buenos recuerdos, lastimosamente también los malos, de un lado sólo un nombre, un rostro, un tiempo; de otro, un vació, un túnel sin luz, una eterna desesperanza… de vez en cuando unas cuantas lágrimas.

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