Y
después de estos años de tratar de comprender mi soledad, aparece en una noche
cualquiera y en mis lugares de siempre, un chicuelo sin mayores pretensiones,
una personita pequeña y aparentemente frágil, un simbolismo de ternura y
afecto, una esperanza sin fuerzas, de amor puro y sincero.
La
celebración de un nuevo empleo, esta, con un maravilloso compañero, trajo
consigo además un nuevo enredo. Apareció Jota, dulce, tranquilo, perfecto.
De
unas sonrisas y dos tragos, surgió un beso que se convirtió en encuentro. Una
llamada para fortalecer la esperanza, dos abrazos, tres deseos, y de un momento
a otro un noviazgo que volvimos matrimonio.
Por
Jota dejé mis lujos, mi tranquilidad, mi familia, mi amor por el vacío; afronté
otros retos, la responsabilidad, la aplicación real de mis aprendizajes en
todos los ámbitos: arriendo, comida, cocina, trabajo, entrega y muerte antes
que engaño.
Fue
más de un año lleno de amor y excesos, libertad total bordeando los límites. De
mi parte el aporte incondicional, del suyo dolores propios y ajenos, una
familia de porquería que no tiene nada que ver con la mía. Mis darmas sopesaron
sus karmas, sus deudas hundieron mis ganancias.
Me
trató muy bien, sí, muchísimo; me escuchó, sí, bastante; corrió por mis campos,
absolutamente cierto; fue lo que siempre quise, totalmente innegable.
Pero
como lo bueno está destinado a ser cenizas del pasado, mis trasfondos y
auto-amores superaron su nobleza, mis recuerdos y mi odio traspasaron su
dulzura. Vida y mundo lo volvieron un verdugo… repasaron sus tristezas
mezcladas con mis dolencias; aquel niño frágil preparó muy bien sus armas. ¿Soy
yo la que de verdad los vuelve malos? Su predisposición más mi afectación…
causa-efecto, maldición, perpetuación. Esta es mi vida.
Venganzas, violencias,
ausencias, autosuficiencias… mi vida… su descripción. Dos monstruos con ínfulas
de titanes jamás podrían amarse. ¿Para qué más esperanzas? ¿Para qué otro
Marco? Ya conozco mi destino, no sé por qué flaqueó mi muralla. Ahora trato de
alejarme pero el apego es muy fuerte, ahora aquí va mi vida, entre fuerza y
desespero, entre triunfos laborales y pérdidas personales, entre amores
pasajeros y lamentos del pasado.