Ya vi la traición mirarme a los ojos con la mayor frialdad que jamás hasta ese
momento había conocido, la vi escondida, con su capacidad de hipocresía,
ocultándose completamente y evidenciado su debilidad. Vi el dolor a la cara, el
dolor más profundo que hasta entonces había conocido, las lágrimas que brotaban
de la barriga, del cerebro, de las venas, del sin sentido. Vi la muerte, cruda
y fría como habría de imaginarse, también la vi cálida y placentera como
tendría que aceptarse. Me he visto con máscaras, sin rostros, con odios, sin
karmas, me he analizado hasta desmenuzarme, me he aislado hasta dejar de
masticarme. He sido yo, he sido tant@s, me he perdido, he intentado
encontrarme, he sido sincera (más de la cuenta), he sido auténtica, capaz,
orgullosamente fuerte y también frágil; de otro lado he sido mentiras,
falsedad, pero más que eso he sido miedo, incapacidad de enfrentar, huida,
completo masoquismo, dolor vs. dolor. He sido calma y tempestad, sorpresa y
costumbre, locura y mansedumbre, he estado conmigo y me he dejado sola, he
indagado por mi y he olvidado mi nombre. Hoy… sin palabras y en estado de
absoluto deslumbramiento, de completo silencio y shock, no sé quién soy ni
quién escribe, no sé qué quiero o si hay algo que nítidamente pueda saber que
quiero, inflo mi pecho para sentir que respiro, mientras mis minúsculos
músculos quieren desvanecerse, me pregunto por la vida al tiempo que aplaudo la
pacífica y explicable muerte. Disfruto las por siempre amables y contemplativas
melodías de Lacrimosa, mi ser, el ser, el simplemente ser o dejar de ser, el
dulce amargo de la música perfecta, el desvanecimiento, la totalidad, la falta
malditamente eterna, siempre falta, siempre dolor. Confusión e indecisión
serían las palabras que usaría para definir la mezcla de mis contradicciones,
pero estoy confundida y no me decido a concretarlas. Ja ja ja, la verdad,
simplemente soy la sensación permanente de vacío, de necesidad, de búsqueda, y
de soledad; la impertinencia de maldad disfrazando inquietudes sobre la eternidad.
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