jueves, 13 de septiembre de 2012

La vieja historia de Tomás

Quiero alejarme de él, va a hacerme mucho daño como siempre, él es mi desgracia, pero lo quiero, me gusta demasiado, a su lado soy feliz cuando él es feliz a mi lado; el resto del tiempo sólo me causa dolor, por estar, por no estar, él me hace daño solo por existir, y si deja de hacerlo va hacerme mucho más. Sólo va a traerme dolor, siempre lo ha hecho, lo malo es que mi tonto y ciego corazón guarda en el fondo una última esperanza de que pueda llegar a amarme, realmente parece imposible, tengo que asimilarlo y abandonar su camino. Sin embargo nunca habíamos estado tan cerca, todo tiene reversa pero en el fondo yo no quiero que esto la tenga. Es como una droga que me hace sentir bien y al tiempo me hace daño, quiero dejarlo aunque siento que no puedo, necesito un centro de rehabilitación, necesito rehabilitarme y desintoxicar mi alma de este maldito amor que me está carcomiendo, creo que ahora sí necesito un buen psicólogo; Tomás me está matando, lo amo, lo quiero conmigo, no quiero dejarlo, ¡auxilio! ¡Necesito ayuda! Sé que lo odio, ¡lo odio demasiado!, pero ese odio no ha podido contra el amor que le tengo, ¡cómo desearía ignorarlo y sentir por el sólo indiferencia! Olvidar quién es, cómo lo conocí, olvidar su nombre, su rostro, su cuerpo, sus besos, su voz, sus brazos, sus abrazos.

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