Quiero alejarme de él, va a hacerme mucho daño como
siempre, él es mi desgracia, pero lo quiero, me gusta demasiado, a su lado soy
feliz cuando él es feliz a mi lado; el resto del tiempo sólo me causa dolor,
por estar, por no estar, él me hace daño solo por existir, y si deja de hacerlo
va hacerme mucho más. Sólo va a traerme dolor, siempre lo ha hecho, lo malo es
que mi tonto y ciego corazón guarda en el fondo una última esperanza de que
pueda llegar a amarme, realmente parece imposible, tengo que asimilarlo y
abandonar su camino. Sin embargo nunca habíamos estado tan cerca, todo tiene
reversa pero en el fondo yo no quiero que esto la tenga. Es como una droga que
me hace sentir bien y al tiempo me hace daño, quiero dejarlo aunque siento que
no puedo, necesito un centro de rehabilitación, necesito rehabilitarme y
desintoxicar mi alma de este maldito amor que me está carcomiendo, creo que
ahora sí necesito un buen psicólogo; Tomás me está matando, lo amo, lo quiero
conmigo, no quiero dejarlo, ¡auxilio! ¡Necesito ayuda! Sé que lo odio, ¡lo odio
demasiado!, pero ese odio no ha podido contra el amor que le tengo, ¡cómo
desearía ignorarlo y sentir por el sólo indiferencia! Olvidar quién es, cómo lo
conocí, olvidar su nombre, su rostro, su cuerpo, sus besos, su voz, sus brazos,
sus abrazos.
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