jueves, 13 de septiembre de 2012

La perfección perdida

Si tan solo pudiera comprender mis propios pensamientos y sentimientos, si lograra analizar con cabeza fría las posibilidades que tengo a mi alrededor; pero no puedo, no lo logro, es muy difícil para mí dejar a un lado el corazón y poner a actuar el cerebro, es casi imposible.

(La luna hoy está realmente hermosa, es creciente y aunque no se ve completa, se ve clara, no hay ninguna nube que la cubra, se ve nítida; me da tristeza, me confunde, no logro respirar tranquilamente, no puedo).

Estoy llena de luz, una luz que no soy capaz de irradiar, no logro transmitir la tibieza de mi alma, hay una extraña barrera de dolor y desamor que impide el paso de mi ternura a los demás, todos me ven como un punto negro y frío, como alguien que no sabe de la belleza de la vida, alguien sin nada que decir, sin nada que sentir.

Estoy encerrada en el mundo que yo misma creé, en los sueños que inventé, las frases que imaginé, en las personas que amé (que aún amo), y que convirtieron mi amor en una corriente de basura que se volvió contra mí, y que día a día ahoga y contamina mi alma; esa alma limpia que nadie conoce porque no puedo mostrarla a los demás, porque está encerrada; y ahí estoy yo y ahí está ella, que prefiere callar, que prefiere pensar, y no quiere vivir y no me dejar vivir.

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