sábado, 1 de septiembre de 2012

Una noche de complacencia

Hoy era un día normal, con pretensiones de acercarse a lo perfecto… como todos los días, como todos mis sueños. Fue un simple transcurrir, lleno de vacíos, de ilusiones, de paliativos, de engaños, lleno de mí, lleno de nada.

Hoy traté por milésima vez de reinventar mi realidad, de reinstaurar una que otra verdad… hoy disfracé el sufrimiento de diversión y sarcasmo, hoy me enamoré de los fantasmas, de algunos dolores, de muchos sabores y generalmente de mis amores.

El olvido y el amor se golpean en las nubes habitantes del infierno… la falta y el desgaste se diluyen en las sombras… la vida y la muerte se me fusionan borrosamente. Me desaparezco sin darme cuenta… me esfumo… me desvanezco lánguidamente. No me percibo… Espérame al final… espérame en cualquier segundo… Juan… ya casi te alcanzo... llévame contigo…

Te espero con paciencia, dolor y complacencia…

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