Hoy era un día
normal, con pretensiones de acercarse a lo perfecto… como todos los días, como
todos mis sueños. Fue un simple transcurrir, lleno de vacíos, de ilusiones, de
paliativos, de engaños, lleno de mí, lleno de nada.
Hoy traté por
milésima vez de reinventar mi realidad, de reinstaurar una que otra verdad… hoy
disfracé el sufrimiento de diversión y sarcasmo, hoy me enamoré de los
fantasmas, de algunos dolores, de muchos sabores y generalmente de mis amores.
El olvido y el
amor se golpean en las nubes habitantes del infierno… la falta y el desgaste se
diluyen en las sombras… la vida y la muerte se me fusionan borrosamente. Me
desaparezco sin darme cuenta… me esfumo… me desvanezco lánguidamente. No me
percibo… Espérame al final… espérame en cualquier segundo… Juan… ya casi te
alcanzo... llévame contigo…
Te espero con
paciencia, dolor y complacencia…
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