Ahora escribo por primera vez con una sonrisota macabra y
prepotente, esta vez no derramo las lágrimas acostumbradas sobre el papel
utilizado. Por dentro dejo mis sueños y mi felicidad sincera, así debe ser, se
acabó, viviré solo por vivir, y voy a hacerlo en grande; aprovecharé todas las
oportunidades de sollarme lo que sea, como sea y con quien sea, sin pensar en
mí y mucho menos en los demás, mejor dicho sin sentir. Con una mirada fría y
maliciosa escribo lenta y segura que desde ahora aunque crea en mi existencia y
en la de aquello que pueda ver, escuchar, oler, saborear o tocar, nunca más
creeré en su verdad, no hay verdad, y mucho menos en el amor. Voy a utilizar
todo lo que encuentre a mi paso, ahora el cariño se acabó, no tengo más
sentimientos para andar desperdiciando por ahí, ¡todos son basura!, y en medio
de ellos, hoy, no sé si con triunfo, con rabia o con nostalgia, me convertí en
una más, una basura que ya no va a amar y solo va a odiar. Me da un poco de
lástima admitir que ahora mi meta es vengarme por cada lágrima que me ha tocado
derramar durante toda mi vida, tratando de dar amor cuando en realidad eso no
existía. A partir de hoy cierro mi alma a todo y a todos, corazón de piedra,
mente de asesina; me mataron el alma, ¡malditos! Ahora es mi turno, ahora
siempre sonreiré aunque por dentro desde hace tiempo estoy totalmente
destrozada.
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