jueves, 22 de noviembre de 2012

Eterna vacuidad

Cuesta creer en algo, cuesta confiar en alguien.

Apuesto por no creer, apuesto por no confiar, apuesto por el vacío, apuesto por la soledad.

Dolor supremo ya no existirá, no hay nada más que mi paupérrimo ser pudiese amar.

Novedad? Vacuidad. Eterna falta de integridad.

Yo… yo… mi  trascendentalidad.

Extraños sueños

Me asustan mis sueños… son tan supremamente reales, terriblemente fatales.

Vuelo, me muero, veo sombras, demonios, presencias inmundamente anheladas. 

Me veo, me oculto, sobrevivo, me asfixio.

Temo por mí, por los míos, por el mundo, por esas cosas asquerosas… anhelo otras bastantemente graciosas.

Me ufano, convivo, apuesto, me divierto, me excito, trago noches y días extrañamente angelinos.

Limbo… lo siento a diario, no lo explico, no sé qué es, pero me salpico.

Duele el recuerdo


Este escrito está dedicado a alguien para quien en algún momento de su vida fui demasiado especial, este escrito me arranca un poco de piel al recordar que realmente desperté dulces, profundos y reales sentimientos, capaces de arriesgarse hasta las últimas consecuencias, capaces de luchar, capaces de entregarse por entero a mi vida y a mi infierno, capaces de llevarme al cielo.

Donde quiera que estés, acá se te recuerda y se conservan tus palabras:

Duele

Duele la vida
Duele la muerte
Duele llorar
Duele más no reír
Duele quererte
Duele más no hacerlo
Duele tenerte cerca y no poderte besar
Duele más no tenerte
Duele no ser el más importante en tu vida
Duele más no ser nadie en tu vida
Duele el mundo
Duele la sociedad
Duele querer algo de otro
Duele más no tener que querer
Duele la monotonía
Duele la soledad, la mentira y la verdad
Duele…
Nada duele más en este mundo que la de idea de que tú no estuvieras en mi mundo.

   

jueves, 15 de noviembre de 2012

Contigo y conmigo

Hoy cumples años tú, tú que tanto te has esforzado en no esforzarte. No me molesta que existas, no me molesta que vivas, pero… me gustaría muchísimo que pudieras hacer algo más por mí, por nosotras.

Yo siempre tuve más fe que tú, yo siempre luché, yo jamás me rendí, ahora no puedo hacer nada más que lo que tú quieras hacer o simplemente dejar de hacer. Ahora solo me queda esperar y desvanecerme entre tus desesperanzas, entre tus meditaciones y tus fantasías.

A pesar de ti yo sigo creyendo, a pesar de ti yo sigo combatiendo, aunque a veces te detesto, generalmente te quiero, aún no he dejado de confiar en ti; eres mi hermana, mi amiga, eres lo yo tenía que ser.

Me gusta que te aísles y que aprendas del mundo dentro de ti, así puedo pasar más tiempo contigo, así puedes pasar más tiempo contigo y también conmigo; los recuerdos habitualmente alimentan, los anhelos normalmente dan fuerzas, las experiencias afortunadamente siempre enseñan.

Sé que sin importar si lo que haces, piensas o sientes es lo correcto para mí, es lo que debe ser, y es lo que debes hacer, pensar o sentir. También sé que das lo mejor y que esperas recibir lo mejor, para ti y para mí. La vida es complicada, triste pero divertida. Gracias por existir. Existe lo suficiente, pero solo lo suficiente. Te amo.


martes, 6 de noviembre de 2012

Ojos oscuros

El silencio es tan dulce como el desamor, la soledad es tan tibia como la sangre, la oscuridad es tan amable como la luna, el dolor es tan necio como el veneno.

He recordado lo negros que se volvieron sus ojos, la inocencia perdida, la esperanza vacía. Una eterna lucha que mantiene para conseguir lo que no sabe si le conviene, para no desfallecer ante la bruma, para mantener su supuesta luz tras la penumbra.

Su alma perdió el brillo, al igual que la mía.

Es triste amar lo que se ha ido, principalmente cuando es la esencia la que se ha extinguido, cuando el empaque permanece, pero en él solo ves a un desconocido.

El tiempo es el que quisiera devolver, volver a tener lo que una vez amé, pero… y mi experiencia? Eso quisiera ahora no perderlo, eso ha sido lo que me ha fortalecido, mi tesoro, mi delirio, mi condena, mi exilio.

Que viva o muera me es indiferente, años de haberlo dejado en un cementerio muy visitado pero poco transitado. Lo que faltó o lo que sobró solo se sigue haciendo necesario en aquel entonces, en el presente se concreta simplemente inefectivo.

Pared, animal o planta, solo tengo un nombre y una figura desvanecida, sin voz ni alma, sin un suspiro, sin mí, sin él, sin un motivo. Quien es ese sujeto que a veces veo y escasamente al que me dirijo? Un muerto en vida, una sombra perdida, mi noche oscura, envilecida; un saludo, una despedida, un sacrilegio, la sinsalida.

Ojos oscuros, ya no brillan con alegría, ven y no miran. Así me veré yo? Espero al menos ocultar mi poesía.



Otra vez

No quiero dañar a nadie, no quiero que nadie pase por lo que yo ya pasé, por lo que aún estoy pasando, por lo que jamás voy a poder terminar de pasar. El dolor del corazón es tan profundo y sin límites que sé perfectamente que no tiene asidero ni en este mundo ni en el infierno imaginario del universo que aún no conozco.

Amarme es tan inconcebiblemente posible como el amor que pudiera yo volver a sentir de manera natural y tibia por algún ser humano sobre el planeta tierra. Me duele enormemente que un alma noble y tierna fije su humilde y dulce mirada en el demonio depresivo y frío que habita en mí, eso no puede suceder, eso no tiene porqué poder ser.

Lameré mis heridas por el resto de la vida que me queda, apreciaré mis cicatrices con la suficiente locura y el explicable arrepentimiento que las vivencias pasadas merecen, vislumbraré mi futuro como el sombrío vacío y el doloroso camino que la esperanza amerita.

Buscaré, nunca encontraré. Esperaré, jamás me responderé. Lloraré una vez, otra vez. Caminaré, en el patético círculo de mi languidez. Seré? Sí, quizás en uno que otro amanecer. Estaré? No, ya no creo en mi vejez. Viviré? Probablemente como muero cada anochecer.

Duele, duele mi dolor y el de los demás. Duele no poder amar, duele mucho mucho amar, duele que me amen, duele que me aíslen. Duele existir y no poder morir, duele matar y no lograr vivir. Duele el dolor, duele el amor, duele el odio, duele el rencor y la desesperanza. Me duelo  tanto yo como me duele el mundo.

Este no es el fin, es sólo el principio. Otro camino, una nueva ruta, una eventualidad, una causalidad. El mundo de afuera, el caos de adentro. El ser y no estar, el abismo y la tempestad. Callar, gritar, simplemente expirar, otra vez, una y otra vez.

Canto por la soledad, lloro por los que no están, caigo al intentar volar, ahogo olvidar o recordar.

Francesca di Lux

-        Francesca… Francesca… Francesca
-       
-        Francesca…
-        Clara, eres tú?
-        Mmm, pues sí, Ana.
-        Ana, lo siento.
-        No importa, siempre seré Clarabella para ti.
-        Creí que no te decidirías a buscarme.
-        Tenía miedo de contagiarme de tu odio, pero te extraño.
-        Cómo va tu vida? Sé muy poco, igual aunque lo supiera todo, lo importante es cómo te sientes tú con lo que te pasa?
-        Bien, no me puedo quejar. El único problema es que no tengo trabajo, pero… eso no es tan grave por ahora; sí me ha hecho sentir muy mal, pero no es grave. De resto bien, Jorge y Raquel vivos y salgo con alguien, tengo una relación sentimental hace poco con alguien.
-        Cómo te sientes con él?
-        Bien, bien, siempre con miedo, pero no ha habido ningún motivo para alimentarlo, entonces bien.
-        Sabes que la mejor persona con quien puedes estar es sólo contigo misma, el resto sólo merecen morirse.
-       
-        Lo siento, quiero decir que trates de no dejar que te hagan daño.
-        Eso trato, desde hace años estoy muy prevenida.
-        Sí, desde que el maldito apareció.
-        Sí, desde que el maldito al cual le destruiste la vida apareció.
-        Yo le destruí la vida? ese desgraciado se destruyó la vida sólo, únicamente por existir.
-        Por existir? Se supone que así tenía que ser, que existiera para mí.
-        Debió haber sido distinto, debió haberte tratado bien, haberte respetado, haberte amado, haber sido un hombre leal. Nunca hizo nada de lo que debía, hizo todo lo contrario. Lo que le pasó fue por eso.
-        Ok, sé que lo odias, desde hace siglos.
-        Sí… sí… desde que mató a nuestros padres.
-        Eso fue en otra vida.
-        Para ti, para mí fue en esta vida. La reencarnada eres tú no yo.
-       
-        Lo siento. Te amo, sabes que te amo hermanita, pero para mí todo ha sido complicado.
-        Sí, yo sé, pero Fer no mató a nuestros padres, no era Fernando, era Vincenzo, y lo pagó como Vincenzo.
-        Lo pagó como Vicenzo? Y lo que te pasó a ti? Tú no tenías nada que pagar?... Excepto haberte enamorado de él.
-        Cuando supe que él era el asesino de nuestros padres ya era demasiado tarde, ya lo amaba y ya existía Ángela. Además, jamás sabremos realmente los motivos que lo llevaron a hacer eso…
-        Ese sujeto me da dolor de cabeza, aunque a mí no me duele nada (risa).
-        Bueno al menos una que otra cosita se te ha contagiado de Gabriel.
-        Es un gran chico.
-        Sí, últimamente he hablado de nuevo con él y me ha servido para aclarar un poco mis ideas.
-        Mientras esas claridades no te lleven a volverte débil.
-        No, sabes que sus claridades no me llevan a eso.
-        Está bien. Quiero verte, puedo ir?
-        Venir? Cómo venir? Venir, venir, venir en persona?
-        Sí, ir en persona.
-        No, no creo que esté preparada aún, dame tiempo, al menos hablemos unos días; han pasado años, si no te vi antes que estaba acostumbrada a ti, ahora me asustaría mucho, tú no es que seas un ángel.
-        Me tienes miedo? Clarabella, soy tu hermana, la única persona sobre al planeta tierra que durante siglos te ha protegido.
-        No te tengo miedo, bueno no a que me hagas algo a mí, sí te temo, temo lo que haces, lo que eres, como reaccionas, si desde allá casi matas a Fernando, desde acá acabarías con cualquier cosa que se moviera.
-        No debe ser fácil para ti enfrentar esto, tener una hermana viva y muerta, eres muy valiente para no tener miedo de tantas cosas que giran a tú alrededor.
-        Valiente? Lo que debo es estar loca para asimilar todo esto. Con razón Fernando no pudo, con razón quedó como medio rayado.
-        Rayado?
-        Loco.
-        Mmm, ok, un lenguaje demasiado moderno para mí.
-        Estás en Moscú?
-        Siempre.
-        Siempre mientras se pueda. Francesca… hay algo que no me queda claro… mi hija… jamás la tendré?
-        No creo que te sea posible en esta vida. Es complicado, yo no veo el destino, no soy como Gabriel, hago otras cosas, pero no podría responderte eso. Yo no soy la filósofa, yo sólo actúo. Clara, hay algo importante que quiero preguntarte ahora que mencionas lo de Ángela… algo muy importante.
-        Dime.
-        No quiero que tomes a mal esta pregunta pero creo que tengo que hacerla, es necesaria; en serio no la tomes a mal, sólo piensa bien y respóndela.
-        Sí, que es?
-       
-        Dime… voy a pensar y voy responder pero dime.
-        Alguna vez has pensado en la posibilidad de cambiar tu vida? De cambiar esta vida? De cambiar todo lo que te rodea y además tener el tiempo suficiente para hacerlo?
-        … … … Hablas de… ser…
-        Sí, hablo de ser como yo… otra vez.
-        Lo que me pasó fue accidental, yo nunca busqué ser una muerta viviente, no en ese entonces… Ahora… jamás había pensado en eso. No, no, no sé. Lo que quiero en mi vida, lo que he hecho, lo que hago, no se relaciona con nada de eso, no se relaciona con nada de esto. Mis metas sólo están programadas para unos años más… o para ninguno, no he pensado en vivir siglos, no por ahora, no es lo que quiero. Esa pregunta… Por qué la hiciste? Por qué mencionaste esa posibilidad?
-        Porque yo podría dártela, sería sólo un favor a pedir, o sólo una orden qué dar.
-        No, eso sería alterar el orden de las cosas, si soy humana es por algo, tengo que superarlo en esta vida, arreglar mis cosas y hacer los sacrificios necesarios para evolucionar. No voy a precipitar nada, no quiero… No serías capaz de…
-        No, no, jamás. Si lo fuera a hacer ya lo hubiera hecho. Tranquila era solo una pregunta. Quería que si no habías contemplado esa posibilidad, pues, lo hicieras.
-       
-        No estarás pensando que yo tengo algo que ver con tu anterior conversión, sabes que no es así, tú lo sabes.
-        No… es que tu pregunta me altera… Sé que no tuviste nada que ver, sé lo que hiciste por mí y por Ángela. Está bien, yo…
-        Necesitas pensar… Piensa lo que tengas que pensar. Te amo hermana, estoy acá y si necesitas algo, lo que sea, cualquier cosa, sabes que yo puedo ayudarte. Si tienes problemas de dinero yo puedo…
-        No. Dinero por vidas humanas no. Tu dinero no…
-        No es limpio, no te interesa. Está bien. Solo te recordaba que puedo conseguir casi cualquier cosa sobre la tierra.
-        Gracias. Debo irme. También te amo. Simplemente gracias por ofrecerme tu ayuda en todo.
-       
-       

Abril 7 de 2012, entre las 5:00 y las 7:30 pm.
Francesca, sí me asustas, de hecho me das escalofríos.







Hola Gabriel

-        Hola Gabriel, otra vez yo. Estás ocupado?
-        Nunca lo estoy para ti, de hecho nunca lo estoy (risa). No mentiras, a veces sí pero no para ti.
-        (risa) Definitivamente adoro tu sentido del humor; a veces lo envidio, me encantaría siempre encontrarle chiste a todo como tú.
-        Sabes que si no lo haces es porque no quieres, tú eres igual de divertida que yo, sólo que te amargas. Pero bueno, dime para que estoy bueno? Perdón para que soy bueno.
-        (risa) Necesito contarte algo nuevo.
-        Ya sé que es, aunque no es tan nuevo, más bien es algo viejo.
-        Estuviste el viernes? Eres un metiche. A veces me pregunto para que me tomo el trabajo de contarte si debería saber que puedes estar en cualquier lugar y en cualquier momento, siempre espiando las cosas de los demás.
-        Ay dios, apuesto a que si hubieras rogado porque estuviera aquí o allá y no hubiera estado te habrías enojado. Te conozco, relájate. Cuál es tu punto del viernes?
-        Bueno, ya que estabas detrás de mí, o mi lado, o al frente, mi punto es que aun no entiendo porque me importa tanto Simón? No sé si realmente me gusta porque sí o porque es el hermano de Fernando, de hecho no sé si tan solo me gusta o es que de verdad lo quiero, o ninguna de las anteriores, pero es que con él me tocó compartir cosas muy duras, el también carga con esa historia, hasta carga con tu historia.
-        Simón… Simón Martínez Daza…
-        Sé cómo se llama…
-        Exacto, sabes que se llama Simón Martínez Daza, no sé si te recuerda a un tal Juan Fernando Martínez Daza. Ana, obvio que el hecho de que sea el hermano te influye mucho, no del todo pero tú amas lo prohibido, lo amas conciente e inconcientemente, es algo que está en tu naturaleza, ni siquiera luchando puedes quitar eso de tu vida. Me imagino que también me contarás de Tato, estuve hasta tarde.
-        Tato… El punto con Simón es que es tan lindo… por fuera y por dentro, tan dulce, siempre sonriendo, con su carita de niño que no cambia desde hace 5 años, esa carita que me consoló tantas veces mientras Fernando solo me dañaba, esa carita que lloró conmigo por mí y también por él, esa carita que también Fernando golpeó. Simón está tan metido en todo esto como tú o como Francesca. Lo gracioso es que resulta que Simón y Julián tienen la misma edad, pero mientras yo veo a Julián como alguien mayor, centrado, maduro, con el panorama claro, a Simón lo veo como el bebé de 14, siempre lo he visto como un niño, un niño hermoso, pero al fin y al cabo como un niño.
-        Ese es el punto Ana, tú por Simón sientes un cariño incestuoso, lo ves como si él fuera tu hermanito, hasta lo sigues viendo como tu cuñadito, lo ves como lo prohibido. Si quieres que te diga la verdad, siempre será así, tú amarás a Simón por siempre, a tú manera, y no creas… también Simón te ama a su manera, tú eres muy representativa para él. O tú crees que uno todos los días tiene que ver como su hermano cristiano se convierte en un demonio, como intenta matar al papá, a la mamá, a la novia y a uno, cómo se desmorona la familia y cómo todo eso ocurre precisamente por esa novia en específico; cómo esa chiquilla influye tanto para que todo se vuelva una porquería, además que a la corta de edad de 14 o 15 a uno le toque ser más hombre que el hermano mayor para defender y consolar a una mujer indefensa, una mujer que además es hermosa y a la cual tu no le eres indiferente. Y encima de todo que las cosas con el hermano terminen y por cuestiones del destino termines tarde o temprano en las mismas sábanas con ella, y no sólo una vez; eso no es casualidad, eso se vio venir desde hace 5 años. Ana, para Simón tú no eres cualquier mujer, ni cualquier noviecita que haya tenido o que pueda tener, tú eres la ex-mujer de su único, amado y odiado hermano, la mujer que más contribuyó a la destrucción de la familia, pero la mujer más humana que haya conocido jamás, vendrías siendo como un pequeño todo.
-        Todo eso suena demasiado loco.
-        Pero es real, solo que es algo por lo que no tienes que preocuparte, entre Simón y tú siempre habrá algo, pero ese algo siempre será nada. Digamos que es un hilo del destino pero ese hilo no tiene que mantenerlos juntos, de hecho no lo hará jamás. Tu vida no está ligada a la de Simón, aunque lo estén sus destinos, de hecho sus vidas siempre han estado y estarán demasiado separadas.
-        Digamos que te entiendo, esta vez eres más que claro, igual el punto es que me perturba verlo y cruzar un par de palabras con él.
-        Y siempre lo hará, pero eso no significará nada. Tu vida ahora está al lado de Julián, él es tu presente.
-        Sí, yo sé, así lo siento, pero es que el miedo del presente y del futuro siempre me remitirá al pasado.
-        Sí, yo sé, y sabes que eso siempre ha estado mal. Julián mismo te dijo que pensar en el futuro le resta significado al presente.
-        Algo así. Listo Simón, y Tato? Cuando estoy con él el resto del mundo me importa un pepino.
-        Tu vínculo con Tato es real, no está solo en tu cabeza, llevan la misma sangre; además son 10 años de amistad, 10 años de risas, música y fiesta; lo que pasa es que a ti se te confunde el amor filial con el amor pasional, tú no tienes hermanos, no sabes cómo querer a alguien que es contemporáneo contigo y con el cual has compartido parte de tu vida, por eso a Tato no lo ves como tu primo.
-        Pues no sé, porque igual a mis otros primos los veo distintos, no me llaman la atención. Sabes que con Tato es diferente.
-        Lo que lo hace diferente es el mundo en el que lo conociste, lo conociste en el mundo que amas, en el que creciste, lo conociste más como un amigo que como un primo; es más, ustedes nunca hablan de la familia, es como si eso no lo tuvieran en cuenta. No te voy a negar que Tato la embarra tanto como tú, el cuento no es solo tuyo.
-        Antes de conocer a Julián me estaba apegando mucho a Tato, estábamos hablando muy seguido, por momentos creí que me estaba enamorando de él, a veces me pregunto si realmente no he estado enamorada de él siempre.
-        Tu siempre has estado confundida, pero si lo que sientes por tu primo fuera amor amor, no habría existido Fernando; tu cariño por Tato es constante pero no es superior al amor que puedes sentir por alguien que es tu pareja; es solo tu confusión, tú no lo amas, es decir, sí lo amas pero como tu primo y como tu amigo, y obvio, te gusta, pero jamás lo amarás como cuando tú de verdad amas, como cuando te enamoras. Además tú siempre has dicho algo: el estará contigo hasta la muerte, al fin que sólo eso los separaría. Tú solo tienes que hacer lo que siempre has hecho: disfrutar de su compañía, de sus abrazos y hasta de sus desprecios, pero Tato es otro que no afectará tu vida de una manera crucial, a él te une el apellido, probablemente ni siquiera el destino, si él no fuera tu primo, sería un punkero cualquiera, tal vez ni te importaría, hasta te podría caer mal.
-        No creo, él es demasiado bien.
-        Ok, entonces si él no fuera tu primo, ya habrías sido su novia, y ahora ni siquiera serían amigos.
-        Eso es muy probable. Pero como no somos nada, por eso me sigue importando tanto.
-        Te importa tanto porque es prohibido, porque no puede darte todo sino una partecita de su amor.
-        Lo amo, no soportaría que le pasara nada malo, pero es igual con mi papá o con mi mamá. Tal vez únicamente lo quiero como a un hermano.
-        Es lo que trato de explicarte. Lo que pasa es que tú te enredas sola.
-       
-        Lo que trato de decirte es que no tienes que dejarte perturbar ni por Simón ni por Tato, tú tienes claras las cosas, tu presente tiene nombre propio, y ese nombre es Julián, de resto nada más importa.
-        Yo sé, jamás te dije que el hecho de perturbarme me hiciera dudar de lo que siento por Julián.
-        No dudas de eso, dudas del presente y del futuro, y Julián es tu presente. Entonces dudas de él?
-        Sabes que siempre tengo miedo.
-        El miedo no te deja avanzar. Ana, tienes que evolucionar. Sé que has mejorado muchas cosas, sé que estás en un nivel superior del que estabas cuando yo aparecí; pero aun así, puedes estar mejor, sólo relájate y disfruta (risa). La vida no depende de una llamada o de la ansiedad que te genera saber si alguien te ama hoy o te va a amar mañana, la vida es una construcción, una larga construcción, y el destino es una larga construcción y reconstrucción de esas vidas, por eso a veces se me hace tan complicado responder tus básicas preguntas. Si te sumergieras más en la meditación volverías a conectarte con esferas que ya has vislumbrado en tus momentos de trascendencia. Me has dicho que quieres estar conmigo, o estar donde yo estoy, o ir a donde yo voy, pero no haces nada para abandonar tu terrenalidad, te aferras demasiado a lo mundano, quieres flotar pero no dejas tu carne a un lado.
-        ... Hablar contigo sirve de algo… ¿?
-        Claro que sí, cuando hablas conmigo estás dejando un poco a un lado eso, pero podríamos hablar o leernos en niveles superiores, si te liberaras un poco, no sólo podrías hablar conmigo, podrías visitar a Francesca, a Ángela o a quien tu quisieras, tu proceso podría estar mucho más avanzado.
-        La calle y la diversión me apegan a este mundo, el alcohol y las drogas contaminan mi cerebro.
-        Este momento no es gratis, Ana por algo estoy de nuevo aquí hablando contigo después de 4 años, por algo me buscaste, tu misma pides salir de donde estás.
-        Necesito hablar con Francesca, necesito su versión de mi historia.
-        No necesitas exactamente eso, pero sería bueno que hablaran.
-        Pero y si Francesca me exalta? Si me hace mala de nuevo?
-        Ni Francesca ni y te hacemos de ninguna manera, nosotros somos nosotros y tú eres tú.
-        Pero tú me calmas, me aconsejas, me das fuerza, Francesca es dura y no tiene compasión, si se mete en mi vida y le hace de nuevo daño a la gente que me rodea?
-        Francesca solo se mete si tú la dejas. Además sabes muy bien que Francesca solo le hizo daño a la gente que se lo merecía, y que lo único que quería era protegerte, en ese entonces no te quejaste, al contrario disfrutaste bastante lo que ella en particular le hizo a Fernando.
-        Lo que ella le hizo a Fernando, tal vez en ese entonces lo disfruté, pero sabes que no tiene perdón ni del cielo ni del infierno.
-        Ella no necesita perdón de ninguno de los dos lados.
-        Parece que estuvieras de parte de ella.
-        Sólo expongo la realidad, sabes que nunca estoy de parte de nadie, aunque en algún momento solo estuve de tu lado.
-        No quiero pelear contigo, sé que tienes razón, siempre tendrás razón. Si ves, con solo mencionar a Francesca el ambiente se calienta.
-        Ella es tu hermana y siempre han chocado, si quieres hablar con ella debe reinar la calma en ti, sino sabes que las cosas se complican aún más.
-        Me hace falta, no me importa si las cosas se complican. Siempre he necesitado de los dos.
-        Nunca has necesitado de ninguno de los dos, lo que ha pasado es que gracias a nosotros has descubierto cosas de ti que jamás imaginaste.
-        Parece que todo está claro. Podrías decirle que quiero hablar con ella.
-        Díselo tú misma.
-        Cómo?
-        Conoces la forma, sólo hazlo cuando quieras.
-        Jamás terminaré de agradecerte todo esto.
-        Es mi deber, con esto me gano la vida (risa).
-        Más bien te ganas tu otra vida.
-        Una de tantas (risa). Cuídate.
-        Lo haré.
-        Hasta muy pronto.
-        Hasta muy pronto.

Abril 6 de 2012, después de las 3 pm.
Creo que es hora.