Me
asustan mis sueños… son tan supremamente reales, terriblemente fatales.
Vuelo,
me muero, veo sombras, demonios, presencias inmundamente anheladas.
Me veo,
me oculto, sobrevivo, me asfixio.
Temo
por mí, por los míos, por el mundo, por esas cosas asquerosas… anhelo otras
bastantemente graciosas.
Me
ufano, convivo, apuesto, me divierto, me excito, trago noches y días
extrañamente angelinos.
Limbo…
lo siento a diario, no lo explico, no sé qué es, pero me salpico.
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