viernes, 1 de junio de 2012

Bendito abril


Las últimas horas de mi vida han transcurrido rápida pero tranquilamente, ahora me siento increíblemente ajena a lo que normalmente soy, sin embargo me sumerjo en una esencia que asimilo como propia, una profunda calma que me exige ensimismamiento total.

En las noches he pensado demasiado, la mayoría de ellas, anteriormente, habían traído una ansiedad mayor o igual a la impotencia que trae consigo el desamor... estuve inventado soluciones que al final resultaban ser solo ilusiones. Estoy agotada de buscar recrear principios para continuidades inútiles y perfectamente absurdas, totalmente repetitivas y por eso asfixiantes, ya no quiero morir así, trataré de sobrevivir... ahora duermo, ya no lloro, invento futuro... solo futuro, analizo el presente, sobre todo mi presente, por encima de cualquier cosa.

Mi cabeza pesa menos cada hora, hay paz en mi alma y un rayito de esperanza en el fondo del poso de mi corazón... sólo un rayito, pero al menos lo veo, al menos me veo y puedo hacerme una idea de lo que soy y de lo que quiero... también de lo que no quiero.

Me complace increíblemente ver la felicidad de los demás, creo que ahora ya no me siento triste... no, creo que más bien me siento alegre, aunque no feliz, pero creo que es mejor, la felicidad y la tristeza se convierten en un goce eterno que no nos permite disfrutar del placer de la tranquilidad interior. Los extremos son como el ir y venir de un péndulo, así he sido yo... siempre, la verdad lo he disfrutado inmensamente... por eso lo he tenido que sufrir profundamente. Ahora parece que mi péndulo simplemente tuviera aun movimiento suave, muy suave, sin sobresaltos, sin tristezas y sin felicidades, y sin embargo, así me siento bien, por ahora mejor.

Anoche decidí escribir la historia con él... y se me acaba de ocurrir que sería un excelente ejercicio de elaboración de duelo, “recordar sin dolor”. Destruí todo lo que se relacionaba con nosotros... si tuviera amnesia no sabría que estuvo en mi vida, tengo que reconstruir los hechos, no puedo olvidarlo y darme el lujo de vivir una historia semejante, tengo que recordarlo y aprender de lo que hicimos mal... ser mejor, vivir mejor.

Ya no es “difícil”... increíble!
Es increíble... y absolutamente... oxigenante... No es soledad, es libertad!

“Prefiero sobrevivir sola, que agonizar acompañada”.

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