Un pequeño
lugar para regocijarme… un lugar dulce y tranquilo… no necesito nada más que no
sea mi propio yo proyectado en las enclenques realidades en las que aún confío…
Te espero a ti, a ese ti que aún no conozco, una simple ilusión, unas ganas de
vivir extrañamente, ganas de vivir solo para ti, a ti que aún no logro palparte
ni tenerte, a ti tan efímero… a ti tan inexistente, a ese ti que aún no
invento. Le escribo al fantasma del dolor y del amor… al fantasma del infierno…
a cualquier cosa que flote… a la nada,
probablemente me escribo a mí, o sea a nadie…
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