Hoy
comprendo lo extenuante de mi venganza. El peso de mi dolor ya no me deja seguir
adelante... y la verdad por él no vale la pena...
Renuncio
y entrego las armas... tomaré un nuevo camino, con otras armas... un camino sin
él, sólo para mí, un camino donde pueda reír y donde sienta que soy libre,
donde sienta que el tiempo está de mi lado y no en mi contra... buscaré mi
felicidad, y como ya lo hice alguna vez dejaré que el universo consiga el
equilibrio alterado... de ahora en adelante me preocuparé por mí... la única
manera de perdonar es olvidar, y para dejar de odiarlo tengo que olvidarlo... a
él y a la basura que trajo a mi vida... sus fantasmas... y supongo... que
también los míos.
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