La gente me
pregunta ¿por qué estoy triste? Nadie entiende el dolor que yace en mi averno,
la tristeza que no sé cómo expresar, nadie se imagina el dolor que ha corrido
por las venas que no he podido reventar a punta de cortadas, nadie comprende el
infierno que he tratado de sopesar con consuelos evidentemente inútiles y
abiertamente simples, con dolores insanamente adquiridos y clausuradamente
ilusorios. Extraño un amor concreto, un amor seguro que jamás tendré, un amor
para siempre lleno de mariposas en el estómago y de dibujitos dulces y hasta
hostigantes. Ese anhelo se queda en la nada, la nada que soy yo, una nada llena
de tristezas, sentimientos de culpa y sensaciones de soledad y una eterna
ilusión ilusa, ilusión romántica y lastimosamente inexistente. Sufro un dolor
inexplorable, un dolor básicamente estúpido y elementalmente tonto… El amor,
ese que no vale la pena, ese que nunca valdrá la pena, ese que no siente y que
nisiquiera busca manifestarse en un momento importante, ese que pide ser
olvidado, ese que pide ser odiado, porque muy probablemente busca ser
reconocido… El amor, el de hoy, el de ayer, el de mañana… ya no hay nada, nunca
ha habido nada. No hay amor, nunca habrá amor, eso es como mínimo lo que me
merezco, la nada.
No hay comentarios:
Publicar un comentario